Crònica de la sortida
pendent de publicar del passat 10 d’ agost.
Font del Pradelló |
Domingo
a las 7.30 h, y ya aprieta el calor, estamos en plena época estival. Los
Salmerón Brothers, haciendo de las suyas por las montañas de Tarragona, y en el
punto de encuentro, 4 valientes para integrar la culebrilla (no llega a
serpiente ni de lejos) multicolor: David 'Gorrioncillo del Maresme', Àngel 'The
Hacker', el que suscribe, y una nueva incorporación: Don Manuel Gutenberg (ex
vendedor de máquinas de imprenta, por eso....), un amigo del Capitán Araña, que
lo remite al grupillo mientras él se queda en la cama, pretextando una
contractura lumbar.
Dado
que se avecina un día de canícula bestial, decidimos tirar de recursos
'clásicos' para estas ocasiones: decidimos ir a Castrum Eulofredii (que es como
se llamaba Olzinelles en 1331). Subimos por la Rambla de Arenales del Monte,
continuamos por la subida del Caserío de Palomero, Collado de la Cruz, la
urbanización del mismo nombre, el caminito de la auténtica serpiente que se
encontró Frank del Montnegre, Llano de las Brujas, Caserío de Por El Aire, y a
la izquierda para evitar el temido 'rampote'. Hace tanto calor que ni los
pajarillos cantan.
Ahora
ya, terreno en descenso, todo muy seco y los caminos bastante rotos por las
intermitentes tormentas del mes de Julio. Por el camino, el Gorrioncillo hace
un amago de caída, salvando su dignidad, pero 'the Hacker' en su contínuo afán
de superación, decide acabar la tarea y se tumba del todo, aunque la sangre no
llega hasta el río, ni siquiera es 'chapa y pintura', pero lo dicho, el terreno
está peligroso.
Descendemos
hasta la Balsa del Caserío del Patizambo (Can Garrell, para los no
iniciados) y el Caserío de Agustín, momento en que decidimos parar para un
refrigerio, lo que tiene lugar en la fuente del Pradellón: pero ni siquiera
aquí hace un poquito de fresco...
Una
vez finalizado el refrigerio, saludamos brevemente a los tritones de la fuente
y decidimos, empujados por 'The Hacker', volver por la 'Vía Verde' paralela a
la riera de Vallem Gregoriam (que es como se denominaba Vallgorguina en el s.
X), para lo cual bajamos hasta la rotonda de acceso a la AP-7 de San Celedonio
y atravesamos brevemente el polígono industrial de los que 's'ho montan bé',
pero a esta hora (son ya las 10 y media) no queda ninguno.
En
Vallem Gregoriam paramos a rellenar bidones y decidimos superar la última
dificultad montañosa y térmica de la jornada por el campo de fútbol y la Casa
Nueva del Pino Bernardo. Poco después, don Manuel es víctima de otra tonta
caída sin consecuencias, debido a lo resbaladizo de este suelo de lo que los
nativos llaman 'sauló' (o algo así, mis disculpas por no conocer bien esta
curiosa lengua que suelen utilizar los oriundos).
Dado
el estado del terreno, obviamos la bajada por el Caserío de Mora y lo hacemos
por el Pariente Rubio, el primer trozo muy roto, pero el antiguo senderillo
hasta la pista de Casa Palomero lo han convertido recientemente en una pista,
toda llena de restos vegetales de una limpieza forestal masiva, y la tierra
suelta.
Entrada
triunfal por el Santuario de Lourdes y Barrio del Ensanche, donde nos
despedimos de Don Manuel Gutenberg, que ahora en el s. XXI tiene fijada su
residencia en el selecto barrio de la zona alta de Arenales conocido como 'El
Pino Grande'.
En
fin, han sido 41 km con 877 m de desnivel y pendiente máxima del 15%.
Desde
aquí los mejores deseos para una pronta recuperación del Capitán Araña,
cuidadito con la espalda que a nuestras edades ya no estamos para estos trotes.
Gabriel de Cervantes
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